domingo, 11 de enero de 2009


El traje para la misión tripulada a Marte podría ser el de un argentino
Sebastián Musso, CEA, Mar del Plata, Argentina


Lunes 3 de julio de 2006, Aula Magna de la Universidad Argentina de la Empresa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Luego de acreditarnos personalmente (ya lo habíamos hecho por Internet o vía telefónica) los asistentes a la conferencia sobre el Viaje Tripulado a Marte nos preparamos para escuchar y aprender. El clima era verdaderamente el de una misión planetaria, una pantalla gigante mostraba imágenes sobre el planeta rojo y sobre el margen inferior derecho de la misma pantalla corría una cuenta regresiva hacia el inicio de la exposición.

El disertante fue Pablo de León, argentino, ingeniero de la Universidad de Dakota del Norte. Un porteño que cursó sus estudios primarios y secundarios en nuestro país para hacer luego sus estudios superiores en Europa y Estados Unidos. Periódicamente viene a Argentina donde ha dirigido varios proyectos sobre astronáutica, organizó congresos y dicta cursos y conferencias como esta que estaba a punto de comenzar.
El inicio fue histórico. El Ingeniero de León repasó los descubrimientos más destacados sobre Marte desde los mapas confeccionados por Schiaparelli y Percival Lowell hasta los primeros intentos de estudiarlo de cerca por las accidentadas naves de la ex Unión Soviética primero y de las exitosas de la NASA después.

Pablo de León está liderando un equipo de ingenieros y alumnos de la Universidad de Dakota del Sur que diseña uno de los posibles trajes que utilizarán las misiones tripuladas que lleguen a Marte para el año 2020 o un poco más quizás. Cuando un hombre de otro pequeño paso sobre un cuerpo celeste ajeno a la Tierra, que será sin dudas un segundo gran paso para la Humanidad.

Con un presupuesto para materiales de 100.000 dólares aportado por NASA más lo utilizado para sueldos, laboratorios y viajes este grupo de innovadores dirigido por un argentino desarrollo en 14 meses el prototipo de traje espacial que ya fue probado preliminarmente en el desierto de Dakota del Norte. No podemos usar el mismo traje del trasbordador espacial – explicaba Pablo de León – porque este pesa alrededor de 200 kilos y en Marte, con un tercio de la gravedad de la Tierra sería como tener que soportar unos 70 kilogramos de peso extra el astronauta mientras trabaja fuera de la nave, algo que lo cansaría rápidamente. En el espacio no hay problema, en gravedad cero cuanto más pesado el traje mejor pero no podemos usar el mismo para Marte y no sería este que estamos haciendo el mismo que se utilizaría si fuéramos a otro sitio.

Otro problema que están sorteando es la contaminación. Marte tiene gigantescas tormentas de polvo que levantan material de la superficie, un polvo rojo pero que se pega a la ropa como el talco que haría que los cierres quedaran inutilizados en pocas salidas al exterior de la nave y los pliegues de la ropa imposibles de limpiar en la misma misión. Otro tema importante es la movilidad. Comparándolo nuevamente con el actual traje de los astronautas de las misiones del trasbordador el ingeniero de León explicaba: En los viajes a la órbita terrestre todas las tareas están preparadas para que el astronauta las realice a la altura de su cabeza hasta el torso, fácil de ver por el visor del casco, sin necesidad de movimientos extremos, pero esto será diferente en Marte. El astronauta tendrá que mirar por donde pisa, querrá ver sus pies, y eso nos obliga a buscar un área de visión mucho más amplia.

No sólo en el casco, también en todo el traje, ya no con un torso rígido como el del traje actual, el hombre en Marte tendrá que superar un terreno irregular, deberá agacharse a recoger muestras del suelo y esto llena de nuevas articulaciones al prototipo del ingeniero argentino y su equipo. También hay que mover el centro de gravedad del traje, en las misiones Apollo estaba muy alto y los astronautas se tambaleaban mucho en cada salto sobre la superficie de la Luna.

El traje será azul, al menos ese es el color que eligieron los miembros del equipo del ingeniero Pablo de León por considerarlo el color que más se destaca en el entorno marciano. Todavía no han hecho el soporte de vida, según el disertante de la conferencia dada en la UADE de Buenos Aires “las mochilas” actuales son muy buenas y con pocas modificaciones podrán estar listas para mantener a un hombre en la superficie de Marte.
Pero hay otras tantas cosas por resolver, la misma nave que llevará a la tripulación a casi 100 millones de kilómetros de la Tierra no está definida, tampoco la colaboración internacional que seguramente será necesaria para una empresa de tal magnitud. El trampolín, la Luna, no ha sido visitado por el hombre desde la Apollo 17 a principios de los años 70 y la próxima misión aún no tiene fecha. Son muchas decisiones aunque ya existe la intención, quizás no sea en 2020, tal vez tengamos que esperar un poco más, pero llegará el momento en que todos los televisores del mundo estén viendo la misma imagen, donde la Humanidad este representada por solamente cuatro, cinco o seis hombres que llegarán a pisar por primera vez otro planeta y si todo sigue como hasta ahora el traje que los protegerá de ese ambiente hostil habrá estado diseñado por un ingeniero argentino.

1 comentario:

  1. VAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    VAMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!! PABLOOOOOOOOOOOOOO PABLOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!

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